Opinión: El peligro de la perniciosa plaga de plástico del planeta

Gracias a las maravillas de la tecnología industrial moderna, hoy en día producimos una cantidad de plástico 20 veces superior a la producción de 1964. Si la tendencia actual continúa, la producción se duplicará en 20 años, y se habrá vuelto a duplicar antes de 2050.

Nuestro apetito por la comodidad que ofrecen los productos de plástico es insaciable. Comprar, usar, tirar y comprar otro producto: las bebidas se envasan en botellas de plástico con pajitas de plástico; los alimentos vienen envueltos en film de plástico; la comida rápida se sirve en recipientes de poliestireno con cubiertos de plástico. No hace falta lavarlo, basta con tirarlo. Y arreglado. Ojalá fuera cierto.

La sociedad moderna se ha vuelto adicta al plástico, y ya es hora de que empecemos a desengancharnos. Se podría comenzar por formular estrategias adecuadas para la gestión del plástico: alternativas a enterrarlo, quemarlo o tirarlo a los ríos, que lo arrastrarán hasta el mar. La mancha de plástico acumulado que flota en torno al giro del Pacífico hace que la superficie de países del tamaño de Myanmar o Francia parezca pequeña. Y cada minuto se añade a este desastre el equivalente a un camión cargado de plástico. Ni siquiera el Ártico es inmune a este fenómeno, puesto que también en él se hallan cantidades de plástico récord.

Todo el plástico que acaba en nuestros océanos se origina en tierra; nueve décimas partes son transportadas hasta el mar a lo largo de diez ríos, ocho de los cuales se encuentran en Asia, entre ellos el Ganges, el Yangtze, el río Amarillo, el río de las Perlas y el Mekong.

Los desechos de plástico son antiestéticos, y las autoridades de los complejos turísticos costeros organizan limpiezas a fin de asegurarse de que las playas estén en buenas condiciones para los turistas. Pero, además de ser molestos para la vista, los desechos de plástico representan una grave amenaza para nuestra vida silvestre, que ya sufre numerosos ataques.

Los anillos de plástico (las seis anillas conectadas que se usan para mantener unidas las latas de cerveza), las pajitas, los bastoncillos de algodón, las bolsas de la compra y las redes de pesca de plástico suponen un peligro para los animales que se enredan en ellos, se empalan en ellos o se los comen (las tortugas, en particular, ingieren bolsas de plástico porque se asemejan a las medusas, su presa normal).

Recientemente se descubrió que un ballenato de Cuvier hallado junto a la costa de Noruega tenía 30 bolsas de plástico en el estómago. En España, un cachalote arrastrado hasta la orilla portaba 64 libras (29 kilos) de plástico en su interior. Los albatros también alimentan a sus polluelos con tapones de botellas, al confundirlos con coloridos bocados de comida, lo cual causa una muerte lenta y dolorosa a las aves jóvenes, cuyos intestinos se bloquean.

Todo esto es muy triste para cada animal que se ve afectado, y puede resultar desastroso para las especies poco comunes, que ya sufren la pérdida de hábitat, la reducción del número de presas, la sobreexplotación y otras muchas amenazas, principalmente antropogénicas. Pero, cuando los plásticos entran en la cadena alimentaria, es probable que tengan efectos directos también para las personas, ya que los principales depredadores del planeta son los seres humanos. Con el tiempo, el plástico del envoltorio desechado puede acabar en el pescado que tenemos para cenar.

La Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (CMS), el órgano de las Naciones Unidas encargado de asegurar la supervivencia de los animales migratorios en peligro del mundo, se toma en serio desde hace mucho tiempo la amenaza de la contaminación por plástico. En nuestra conferencia organizada en Quito en 2014, nos complació ofrecer a Boyan Slat, joven inventor y emprendedor neerlandés, una plataforma para que expusiera sus ideas acerca de la limpieza de nuestros mares.

Precisamente el año pasado, en la conferencia que celebramos en Manila, los representantes de los más de 120 países miembros de la CMS adoptaron un conjunto de medidas sobre la gestión de los desechos marinos, que pusieron de manifiesto los peligros de ingerir plástico y enredarse en él y la posible incidencia de los microplásticos en la propagación de toxinas y patógenos. La Resolución reconoce que los organismos especializados, tales como ONU-Medio Ambiente, la Organización Marítima Internacional, los Programas de Mares Regionales de las Naciones Unidas y la Organización para la Alimentación y la Agricultura, entre otros, ya están trabajando para hacer frente a ese problema. También reconoce la importancia de llevar a cabo campañas educativas y de recabar el apoyo tanto de la industria como del público general, para cambiar las percepciones y conseguir que se acepte la necesidad de eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso y de establecer programas de reciclaje eficaces.

Algunos países están tomando medidas: Kenya ha establecido una prohibición total de las bolsas de plástico, mientras que en el Reino Unido las cadenas de supermercados líderes se han comprometido a reducir los envases de plástico. Asimismo, el mes pasado la Unión Europea anunció que se sumaba a la lucha mediante la prohibición de una serie de productos de plástico para los que existen alternativas más ecológicas.

El Dr. Bradnee Chambers es el Secretario Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres.

 

Last updated on 05 September 2018